Panamá, 21 abr (Prensa Latina) El número de niños y adolescentes migrantes en la frontera de México con Estados Unidos creció de 380 a casi tres mil 500 en el primer trimestre del actual año, refiere hoy Unicef.
Según un reporte de la oficina para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con sede en esta capital, diariamente las autoridades mexicanas reportan un promedio de 275 infantes a la espera de cruzar la línea divisoria con la nación vecina.
«Nos preocupa profundamente que las condiciones de vida de los niños, niñas, adolescentes y las madres migrantes en México pronto puedan deteriorarse aún más», expresó la directora regional de Unicef, Jean Gough, al referirse a la saturación que presentan actualmente los centros de acogida en ese país.
Durante una reciente visita de cinco días a México, que incluyó varias paradas en su frontera norte con Estados Unidos, la alta funcionaria constató que los menores y adolescentes representan al menos el 30 por ciento de la población migrante, de los cuales la mitad viajaron sin sus padres, lo que supone la mayor proporción jamás registrada.
Cabe destacar que la mayoría de estos irregulares provienen de Honduras, Guatemala, El Salvador y del propio país receptor, situación que en el contexto de la pandemia de Covid-19 supone también un riesgo para la salud debido al rebosamiento de los albergues.
A este complejo panorama se suman los peligros y las duras condiciones que deben enfrentar en el trayecto de hasta dos meses desde el norte de Centroamérica hacia Estados Unidos, en el que muchas veces son víctimas de extorsión, abusos sexuales, secuestros y tráfico de personas, precisó la fuente.
«Las familias centroamericanas no están emigrando, están huyendo de la criminalidad de las bandas, de la violencia doméstica, de la pobreza, de los huracanes devastadores y de la pérdida de empleo debido a la pandemia en sus países de origen», aseguró Gough.
Y subrayó: «La mejor manera de dar a las familias migrantes una buena razón para quedarse en sus comunidades es invertir en el futuro de sus hijos a nivel local. La verdadera crisis infantil no está en la frontera de Estados Unidos, sino en las comunidades más pobres del norte de Centroamérica y México».
Por ello, Unicef llamó a las autoridades internacionales a que coloquen a los niños, adolescentes y mujeres en el centro de los planes de inversión en Honduras, Guatemala, El Salvador y el sur de México para crear mejores condiciones de vida y oportunidades libres de violencia a nivel comunitario.
Hasta la fecha más de dos mil 100 migrantes recibieron asistencia humanitaria del organismo de Naciones Unidas en las fronteras sur y norte de México, cifra que para finales de año podría llegar a 10 mil, según estimaciones oficiales.